Sofía Mendoza, nutricionista y experta en salud hormonal, es miembro fundamental del equipo de güüt. Su misión: ayudar a sanar a las personas desde la raíz a través de la alimentación y nuevos hábitos. Para Sofía, todo se fundamenta en la adopción de hábitos y el estilo de vida: Una vez que comprendes las necesidades de tu cuerpo y cómo responde positivamente cuando le proporcionas lo que necesita, estarás encaminado hacia un nuevo estilo de vida sostenible, obteniendo resultados como consecuencia de balancearte. Instagram: @chofa_alcachofa |
La inflamación es una respuesta natural del sistema inmunológico ante amenazas externas como virus, bacterias o lesiones. Está destinada a ser una fuerza protectora, benevolente y algo que nos ayuda y nos protege. Idealmente, esta respuesta debería ser breve: el cuerpo neutraliza el problema y se repara.
Sin embargo, cuando la inflamación se prolonga en el tiempo o se extiende por todo el cuerpo, causa daño y genera síntomas que alteran el funcionamiento normal del cuerpo. Este proceso inflamatorio está presente en la mayoría de los síntomas que muchas mujeres sufren sin ni siquiera saberlo, desde trastornos ováricos y menstruales hasta desequilibrios hormonales y problemas de fertilidad, como también otras enfermedades crónicas.
Factores Desencadenantes de la Inflamación
1. El Estrés
El estrés crónico actúa como un catalizador del envejecimiento, encendiendo las llamas de la inflamación. La gestión inadecuada del estrés debilita tu sistema inmunológico, activa las vías del envejecimiento, afecta tu salud metabólica, promueve la acumulación de grasa visceral, afecta negativamente tu función cerebral y desequilibra tus hormonas, todo bajo la influencia del cortisol, conocido como la hormona del estrés. Si decides abordar algún aspecto de tu salud, comienza por controlar el estrés. Aunque el estrés sea algo común y
socialmente aceptado, es extremadamente perjudicial para nuestro bienestar físico y mental. En Güüt decimos que el cortisol es la corona hormonal, y la oxitocina (la hormona de la felicidad) es la que lo calma, por esto es importante controlar el estrés en nuestra vida.
Consejos:
- Medita al menos 5 minutos al día.
- Da prioridad al sueño.
- Consume adaptógenos como rodiola y ashwagandha.
- Practica el journaling
2. El Papel de la Nutrición
Una dieta rica en alimentos procesados, azúcares añadidos y grasas de baja calidad, así como el consumo continuo de ingredientes y edulcorantes artificiales, desencadena a un cuerpo inflamado. Estos hábitos impactan profundamente en la epigenética, que afecta la susceptibilidad a una variedad de condiciones de salud, como el síndrome de ovario poliquístico y la endometriosis.
La alimentación es fundamental para promover la salud y el bienestar. Los alimentos actúan como información para nuestras células, regulan respuestas al estrés, reducen la inflamación y el estrés oxidativo, y activan genes asociados con la longevidad. Además, influyen en nuestras hormonas y en el aspecto físico. Es esencial comprender cómo los alimentos afectan nuestro cuerpo y proporcionarle lo que necesita para funcionar óptimamente, y si es haciendo cycle syncing, mejor aún ;).
Al entender las necesidades de nuestro cuerpo en cada fase de nuestro ciclo, podemos tomar decisiones conscientes sobre nuestra alimentación, nutriendo así nuestro cuerpo para vivir una vida plena, llena de energía y vitalidad. En güüt, te proporcionamos conocimientos fundamentales sobre este tema desde su raíz.
Consejos:
- Consume alimento para cada una de tus fases, para más información entra en güüt.
- Elige alimentos naturales y sin procesar.
- Incluye 30 g de proteína por comida.
- Mantén estables tus niveles de glucosa en sangre.
- Sigue una dieta antiinflamatoria.
- Incluye una variedad de colores en tu dieta.
- Limita el gluten y los lácteos en tu dieta.
- Evita el consumo de aceites, carnes y comidas procesadas.
3. Movimiento
La actividad física es la clave para combatir el envejecimiento. Al ejercitarte, mejoras todos los aspectos del envejecimiento, reduciendo las hormonas asociadas con la vejez y aumentando las hormonas juveniles. El ejercicio oxigena tu cuerpo y cerebro, mejora la salud metabólica, y hasta mejora la salud de tu piel.
Es esencial tener una rutina de ejercicio variada. Las mujeres a menudo se centran en el cardio y descuidan los ejercicios de fuerza, pero esta última es fundamental para mantener la masa muscular, un factor crucial para la salud y la longevidad.
Consejos:
- Adopta un estilo de vida activo en tu día a día
- Integra ejercicios cardiovasculares y de fuerza en tu rutina semanal. El cardio mejora la salud mental y cardíaca, mientras que el entrenamiento de fuerza construye masa muscular, regulando el peso y mejorando el metabolismo.
- No descuides la flexibilidad y el equilibrio. El yoga o los estiramientos previenen lesiones y problemas de movilidad.
- El mejor ejercicio es aquel que disfrutas y puedes mantener a largo plazo.
4. El Sueño
El sueño es fundamental para la salud y el bienestar general. Si descuidas el sueño, se desequilibran otros aspectos de tu vida, como la alimentación, el ejercicio y el manejo del estrés. Es crucial priorizar la calidad del sueño, ya que esto facilita la adopción de otros buenos hábitos.
Consejos:
- Intenta dormir al menos 8 h al día (en tu fase lútea duerme al menos 9h).
- Intenta cenar de forma ligera y temprana, al menos tres horas antes de acostarte.
- Usa gafas que bloqueen la luz antes de dormir, ya que esta puede afectar la calidad del sueño.
- Asegúrate de que tu habitación esté oscura y fresca, evitando el calor para garantizar un descanso óptimo.